El Equipo de Gobierno ya anunció hace meses que la conservación de la fachada de este edificio adquirido por el anterior Ejecutivo supondría el vaciado interior y probablemente la demolición de su minarete para su reconstrucción posterior.
A este respecto, el abogado Tomás Fernández-Arroyo, que es miembro de la asociación Restaura de Manzanares y que colaboró con la Comisión de Patrimonio Histórico regional en el pleito que mantuvo con el Ayuntamiento de la localidad a la hora de elaborar el Catálogo de Bienes Protegidos, consideró que “la destrucción de este minarete es injustificable, porque supone una pérdida de patrimonio y de valor histórico irreparable que nunca debería haber ocurrido”. Fernández-Arroyo lamentó “la falta de sensibilidad de las diferentes Administraciones” a la hora de emprender un proyecto que, a su juicio, “costará menos que haber mantenido esta parte del edificio” y que supondrá la nueva construcción de “un sucedáneo, una falsificación”. El abogado recordó que existen antecedentes de este edificio en torno al año 1840 y que el minarete aparece en una obra de un pintor francés realizada a principios del siglo XX.
Fuente: lanzadigital.com
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